¿Te ha pasado alguna vez que te irrita lo que otros hacen?
¿Qué otro te molesta y crea frustraciones porque sus palabras o actos no están en sintonía con lo que tú dirías o de la forma en que tú actuarías? Tolerancia se entiende y se define como: respetar las ideas, creencias o practicas de los demás, aun cuando son diferentes o contrarias a las propias.
Tu propia tolerancia se pone a prueba, en india, por ejemplo, una desagradable manía que tienen es pasar todo el día carraspeando flema y escupiéndola a tu lado, a veces parece ¡que lo hacen a propósito! Pero lo que ocurre es que para ellos es purificación del cuerpo y lo viven como algo natural, normal y necesario para mantenerse saludables.
Ser tolerante implica, de cierta forma, desapegarse de nociones preconcebidas que podamos tener respecto a que lo que nos rodea es mejor, o mas importante que lo que rodea o le pasa a otra gente. Cabe preguntarse, ¿Por qué nos mantenemos tan firmes en nuestras ideas de lo que esta bien y lo que no, de lo que es correcto y lo que no? Parece que nos da miedo ser tolerantes…
He visto como muchas personas piensan que es como consentir, como decir que el otro tiene razón y nosotros no… A mí también me pasaba hace años, pero no es así, realmente al ser tolerantes vemos al otro, le respetamos, no significa que compartamos su forma de ver, pensar o actuar, ni siquiera que nos tenga que gustar la persona o que tengamos que pasar tiempo con ella, sino sencillamente que le permitimos ser, ver, pensar, sentir o actuar A SU MANERA, a su ritmo, en este camino de la vida, con amor, o al menos con respeto, sin juicios. Hacer eso, sin sentir amenazada nuestra identidad es una grandeza del espíritu que te animo a practicar más a menudo.
¿Y si vemos sufrir a otra persona por una pérdida del tipo que sea?, ¿Somos capaces de comprenderla y ser compasivos con su sufrimiento, aunque no lo vivamos en nosotros? Ser tolerantes es una forma de empatía, sí, implica ponerse en los zapatos de otros y saber que, si fuésemos nosotros quien estuviésemos en su lugar, la estaríamos pasando mal.
Si te dijera que la próxima vez que se dé una situación donde tengas la oportunidad de ser mas tolerante, lo practiques y eso te hará más feliz, ¿Qué dirías? Lo cierto es que la intolerancia genera un efecto dominó de sensaciones – y posibles actos negativos – que, al primero que resta felicidad, es a uno mismo. Esto se debe a que, al no ser capaces de respetar el sistema de creencias, forma de comunicarse o interactuar de otra gente, somos nosotros quienes nos ofuscamos, quienes nos sentimos mal y quienes hasta nos enfermamos (está probado científicamente).
El estudio “Controla la ira para una vida saludable”, publicado por la Universidad de Nebraska-Lincoln (Estados Unidos), revela que enfadarnos conlleva efectos tanto físicos como psicológicos: “Cuando te enojas, tu cuerpo secreta hormonas de estrés (adrenalina y cortisol) a la sangre, éstas pueden acelerar el ritmo cardíaco y la presión, lo cual puede dañar las arterias y apresurar el desarrollo de arteriosclerosis. La rabia puede suprimir tu sistema inmune haciéndote más susceptible de enfermar y debilitar tu corazón, lo cual conlleva a sentir dolor en el pecho o, ataques cardiacos”.
Esta es una invitación a que la próxima vez que tengas la opción de ser más o menos tolerante, elijas tener una mejor salud y sonrías o, al menos, que no te enfades. Una muy buena forma de aprender a tolerar es viajando más, descubriendo y conociendo realidades diferentes a aquellas a las que estamos acostumbrados; entendiendo que nuestra forma de ver las cosas no es necesariamente la “correcta” para todos; conversando con otras personas y observando… pero, con ecuanimidad. Y, por qué no, también nos puede servir adoptar un nuevo lenguaje que mentalmente nos permita ser mas flexibles frente a cualquier situación desfavorable que se nos presente, tal como lo hacen en Asia. En la India dirían “no problema”; en Tailandia, “mae pen rai” y en Indonesia, “nggak apa-apa”. Si algo he aprendido de estas culturas milenarias es el poder de estas frases que manifiestan todo lo mismo: “no hay problema”.
AUTOR
MONTSE CEIDE Coach y Mentora para el cambio. Formadora Experta de Técnicas de Liberación Emocional (EFT-Tapping), Facilitadora de EFT, Medicina Energética Eden y psych-K entre otros.